Boca empató de local ante Defensa y Justicia 0-0 en La Bombonera. Paridad que deja el semblante del pensamiento, ya que no fue la mejor versión del Xeneize, que estaba necesitado de sumar de a tres para seguir recortando puntos con los puestos de vanguardia.

El dueño de casa llegaba al encuentro con la vida que se le pintaba de color de rosas, luego de ganar agonicamente en Rosario y jugando un gran partido, con Sebastián Battaglia sumando de 10 de las 12 unidades posibles, y con un elenco inicial compuesto por más de un chico del club con hambre de gloria.

En frente estuvo el trabajado Halcón de Varela de Seba Becaccece, que fue un hueso duro de roer y desnudó la peor versión en la era naciente. Movimientos mecanizados a la hora de jugar sin pelota, posicionamiento de Francisco Pizzini y Carlos Rotondi cercano a las bandas para que la amplitud provoque espacios por el centro, la zurda de Gabriel Hachen que era la manija y la creatividad de Walter Bou en tres cuartos, eran las armas con las que la visita inquietó en más de una ocasión a Agustín Rossi. Durante los primeros 15´ estos mandamientos salieron a la perfección y se notó la superioridad.

Luego del primer cuarto de hora Boca comenzó a presionar más ordenadamente en zona media, comenzó a forzar errores y poco a poco se fue haciendo dueño de las acciones. La presencia de Luis Vázquez determinaba el estilo de la mayoría de avances del Xeneize, los cuales tenían como premisa el desborde para buscar en las alturas al 38. Así, tuvo la más clara del encuentro sobre el epílogo de la etapa inicial, donde Juan Ramírez tiró un preciso centro al palo alejado, donde el centrodelantero se elevó con extremo timing y su disparo con la testa se estrelló en el palo izquierdo.

El palo no solo fue aliado de Ezequiel Unsain, sino que también mantuvo en cero la valla de Agustín Rossi. Francisco Pizzini fue el artífice de un remate dentro del área tras asistencia de Rodrigo Contreras. Gusa Sández se cerró atraído por la presencia de Walter Bou, y el ex Independiente recibió en el segundo palo, y disparó de derecha provocando el sonido metálico.

Boca se iba al descanso siendo superior, logrando conexiones fructíferas, especialmente en la banda izquierda, y logrando perforar -especialmente por arriba- la defensa del último campeón de la Sudamericana. Por esta vía Norberto Briasco también estuvo cerca de entonar el grito sagrado, tras definir de cabeza tras una genial asistencia de Aaron Molinas, la caprichosa se fue besando el caño derecho.

En el complemento, el local salió decidido y se posicionó permanentemente en campo contrario, parando alto a los laterales, y encerrando al Halcón dentro de su campo. Merodeaba la apertura del marcador, pero este sentimiento se respiró hasta los 15´, momento en el que Boca dejó de pararse 4-3-1-2 para mutar en un 4-3-3.

Nuevamente volvió a ocurrir el efecto Aaron Molinas. Esta vez, inverso. Desde la salida del 16 el club de La Ribera se convirtió en un equipo inconexo y se llenó de movimientos predecibles. Dejó de triangular por bandas (interno + lateral + win) y se sumergió a la espera de un desborde aislado de los extremos. Además con su egreso, Kevin Gutierrez volvió a recibir con comodidad y liberado en salida, permitiéndole a la visita salir con pelota controlada desde el fondo.

Con el correr del reloj, ambos equipos perdieron notoriamente precisión, el partido se convirtió en ordinario. Reinaban las malas ejecuciones y la fricción. Estaba para cualquiera la cuestión, el que mayor lucidez vertía en una maniobra aislada se llevaba los 3 puntos.

Miguel Merentiel de contraataque tuvo el tiro de gracia para Defensa y Justicia, trasladó a plena velocidad ante una defensa rival desarmada y se topó con una buena intervención de Agus Rossi, que atoró y con su humanidad detuvo el disparo del uruguayo.

Por su parte, Boca lo tuvo en los pies de Cristián Medina, que tras un flipper en el área con rebote en Beto Briasco tras una rabona de Marcos Rojo, se topó con la pelota y definió de derecha. La respuesta de Unsain fue brillante para enviar la pelota al córner.

El 4-3-3 partió totalmente al dueño de casa, lo volvió absolutamente predecible, y Chango Zeballos y Cristián Pavón, ingresados en el complemento, perdieron siempre ante los laterales rivales, debido a que sus desbordes eran anunciados, por lo que con la cobertura de los volantes, eran encasillados y neutralizados con facilidad. Solo un duelo ganó el Changuito, lo culminó con una buscapié que desvió Nicolás Orsini y nuevamente el guardameta del visitante le impidió que tenga destino de red.

Fue final 0-0. Boca jugó un buen epílogo del primer tiempo, reluciendo los movimientos y combinaciones que le dieron rédito en los anteriores 3 triunfos bajo el mando de Sebastián Battaglia. En el complemento se destiñó y tuvo déficit de generación y de creación, justificadas en la inconexión entre líneas. Actualmente, el club de La Ribera está a 8 unidades de la cima y a 5 de la Copa Libertadores. Deberá pasar de página y pensar en Atlético Tucumán, a quien visitará el próximo sábado a las 20.15hs.