Noche de cuartos de final de Copa Libertadores, rival brasilero, Bombonera repleta, previa Superclásico.

Boca Juniors nos volvió a regalar una noche mágica; Desde antes de empezar el encuentro se vio a la gente muy enchufada, los cánticos pensando en River y el famoso «Siga el baile, siga el baile…» se adueñaron de la previa. Los hinchas de Cruzeiro que llegaron a la Argentina sacaron sus celulares para tener guardada semejante fiesta en La Bombonera.

Una vez empezado el partido, Boca arranco muy impreciso. Fue un primer tiempo donde al conjunto de Guillermo le costó hacer circular la pelota. Pablo Pérez tuvo muchos errores en el primer pase, y cuando el encargado de conducir al equipo se equivoca, el nivel de juego del equipo empieza a mermar. Pero el fútbol es tan impredecible que del pie de Pérez salió la gran asistencia para el gol de Mauro Zárate, quién tampoco venia teniendo una gran noche, pero con una exquisita definición dejó sin chances a Fábio. 1-0 y festejo con la hinchada del ex Vélez.

Izquierdoz y Barrios dieron seguridad a Boca en defensa, ante un Cruzeiro que no ofreció mucho en la primera parte.
El equipo de Mano Menezes salió a buscar el empate apenas iniciado los segundos 45 minutos. Y lo hubieran logrado de no ser por la épica salvada de Wilmar Barrios, quien no dio por perdida la pelota y se arrojó sobre la línea para evitar el tan ansiado gol de visitante. El colombiano volvió a ser una fiera, se encargo de relevar a cada uno de sus compañeros en defensa y hasta mostró una gran presencia en el armado de las jugadas de ataque. Fue la figura del partido y se llevó una gran ovación de La Bombonera.

Pasados los primeros 15 minutos del complemento, Boca volvió a dominar el juego. Tuvo un tiro en el palo de Zárate, quien luego se iría reemplazado por Sebastián Villa. Otro de los que ingresaría seria Carlos Tevez, por un Benedetto que aun se lo ve falto de fútbol pero que sigue demostrando una gran calidad a la hora de armar juego y asociarse con sus compañeros. Faltando ocho minutos para el final, Pablo Pérez metería un gran zapatazo para estampar el 2-0 en el marcador y desatar la locura del hincha Xeneize. Así, Boca redondearía un muy buen partido, donde si bien no tuvo un alto nivel de juego, mostró una gran personalidad para vencer con claridad al Cruzeiro e ir un poco mas cómodo a la revancha en Bello Horizonte.

La noche parecía tener un final perfecto, pero horas más tarde se confirmaría la fractura de mandíbula de Esteban Andrada y su intervención quirúrgica, que lo mantendría alejado de las canchas por al menos dos meses. De esta manera, Boca sufre una baja importantísima pensando en lo inmediato (River) y en lo que queda de la temporada. Andrada venia demostrando una solidez debajo de los tres palos que hacía mucho tiempo no se veía en Boca. Esta lesión sin dudas deja una gran preocupación y un pequeño sabor amargo, que el cuerpo técnico, jugadores e hinchas intentaran olvidar este mismo domingo. Cueste lo que cueste…