El maleficio se cortó, la racha llegó a su fin. Sebastián Battaglia debutó como Director Técnico, y venció a Patronato por la mínima con gol de Luis Vázquez, a quien le dio la confianza ubicándolo como titular. El ex entrenador de la reserva encontró en una combinación de tres juveniles a quien dirigió, Molinas, Zeballos y el centro delantero, el único tanto del encuentro.

Por la fecha 7, el Xeneize recibió al elenco de Paraná en La Bombonera, en el último partido en Brandsen 805 en el año, ya que el terreno de juego será removido para realizar mejoras en el drenaje. El objetivo era claro, sumar de a 3 por primera vez en el campeonato, ante un hueso duro de roer, el equipo de Iván Delfino venía entonado en el torneo y desplegando un fútbol interesante, prevaleciendo el orden y utilizando la velocidad de sus volantes exteriores para contragolpear. Lejos estuvo de refugiarse el visitante.

Rossi; Advíncula, Izquierdoz, Rojo, Fabra; Medina, Rolón, Ramírez; Briasco, Vázquez y Pavón. 4-3-3- marcado, el primer 11 que paró Battaglia. Que tomó de principio a fin el rol de proponedor, asentándose en campo rival y manejando la posesión, aunque, en la primera etapa estuvo poco profundo, le costó encontrar receptores entre líneas, y salvo desequilibrios de Cristián Pavón, no generó grandes problemas a la defensa del Patrón.

El visitante tenía un plan y un propósito claro, no desordenarse. Era un equipo corto, la defensa adelantaba hacia adelante provocando que el espacio entre líneas con el mediocampo sea escaso, generando que Boca debe saltear líneas y que además, se le haga imposible conectar con los interiores altos. Cada vez que Patronato recuperaba, buscaba activar al espacio a Gabriel Gudiño y Nicolás Delgadillo, volantes por bandas, para que desequilibren a raíz de su velocidad al espacio. Héctor Canteros era el encargado de hacer la pausa, y Sebastián Sosa Sánchez se desenvolvió bien entre los centrales, y pivotó en más de una ocasión. Un cabezazo del propio uruguayo fue una de las más claras de la primera etapa, Agustín Rossi tuvo que estirarse al máximo para controlarla.

El conjunto de la capital entrerriana tuvo las mejores oportunidades del primer tiempo. Primero, con un mano a mano de Nico Delgadillo, el ex Vélez definió mordido y no pudo corregir Brian Nievas en el segundo palo. Luego, tras una transición de izquierda a derecha, Gabriel Gudiño remató desde media distancia a la ratonera, exigiendo al máximo al arquero local que envió la pelota al córner.

En el complemento, Boca mejoró. Ya no era solo una óptima intención, sino que también era una buena ejecución. Al dominio territorial y posicional le sumó vértigo.

Rápidamente creó peligro, Cristián Pavón recibió un cambio de frente por derecha, enganchó y pateó cruzado, la pelota pasó besando el palo derecho. Avisaba el Xeneize.

Las jugadas que se gestan por el lado opuesto son las que producen el mejor escenario para Kichan. Se siente más cómodo cuando el cambio de sentido lo encuentra como receptor, lo que le brinda 1vs1 con el lateral a campo abierto. Es un jugador más instintivo que pensante.

Battaglia acertó, potenció y ganó el partido con los cambios. Aaron Molinas, figura de la cancha, aportó inteligencia y creatividad en el mediocampo, su ingreso conectó la línea media y la ofensiva, y su atrevimiento a la hora de arriesgar en las decisiones, hizo crecer notoriamente a Boca. En una de sus primeras intervenciones, probó desde 30mts y la bocha se fue apenas por encima del horizontal. Otro que entró bien fue el Changuito Zeballos, con sus tradicionales gambetas y su repertorio de lujos.

Ambos laterales pasaban con creces al ataque, el local se cansó de profundizar por bandas, donde, siempre pecó de mala resolución, llenando el área de centros que culminaban inexorablemente en las manos de Matías Ibáñez.

Hasta que, a los 39´ se iluminó el tridente de pibes y Boca convirtió el tan deseado gol, que generó un desahogo inmenso. La inició Luis Advíncula, la pelota pasó por Cali Izquierdoz, el capitán continuo con la transición jugando con Marcos Rojo, quien le cedió la redonda a Aaron Molinas, que bajó a iniciar el ataque. Changuito Zeballos trazó una diagonal de derecha hacia el centro, culminando por izquierda, y ganando la espalda de los centrales. Molinas puso una bocha de pool al espacio, el 30 bicicleteó, enganchó y pinchó el centro al área chica, donde Luis Vázquez con un testazo de pique al piso la mando a guardar, primer gol del joven en primera.

La imagen tan repetida en reserva, la que tanto rédito le dio a Seba Battaglia, se vio en Primera y alcanzó para triunfar por primera vez en el torneo. Boca ganó por la mínima, fue de menos a más, y si bien debe pulir más de una cuestión, mostró una intención de protagonismo y dinámica que ilusionan al pueblo boquense. Ahora trabajará en el marco dulce de la victoria.

Próxima parada, Vicente López, frente a Platense el próximo miércoles 21hs. Comenzó el viaje, hoy, la Battaglianeta puso primera, los pibes soltaron el embriague, pisaron el acelerador y el auto salió a la pista.