Boca jugó un partidazo, ganó 3-0 y queda posicionado con un pie y medio en las semifinales de la Copa Libertadores. Fue contra Liga de Quito y el rival más difícil, los 2580 metros de altura sobre el nivel del mar. Por eso y por el gran partido que hizo el Xeneize, sonríe Alfaro y los hinchas se ilusionan.

El partido arrancó con Boca bien plantado en la cancha y con buen manejo de pelota. La primera ocasión llegó con un disparo de afuera del área de Nicolás Capaldo, que sacó Gabbarini. A partir de ahí, el juego del Xeneize creció cada vez más con Mac Allister como eje jugando en el centro del campo, donde se siente más cómodo. Liga por su parte no presionaba y el rival cada vez le insinuaba más. Hasta que llegó la apertura del marcador. Alexis vio a Ábila y le dio un pase magistral que lo dejó mano a mano con el arquero, y tras eludirlo, gritó el primer gol de la tarde ecuatoriana. Minutos más tarde, la misma dupla generó otro mano a mano pero esta vez la pelota se fue cerca del palo izquierdo. La mala noticia fue que Mauro Zárate se retiró lesionado.

Boca siguió manejando el partido a su gusto y no le generaban peligro. Algunos desbordes de Valencia hacían sonar algunas alarmas pero no terminaban en situaciones concretas de gol. Al final del primer tiempo, el Xeneize se iba al descanso con un jugador más tras la expulsión de Orejuela.

En el complemento Boca pegó a los pocos minutos. Tiro libre que ejecutó a la perfección Bebelo Reynoso y la pelota se metió pegado al palo. 2-0 y con un hombre más, escenario inmejorable para el Xeneize. A partir de ahí, el partido entró en una meseta que le convenía a los dirigidos por Alfaro. Moviendo la pelota y manejando los tiempos, los minutos pasaban. Liga tambaleaba en el fondo y se olía el tercer gol de Boca que a diez minutos del final iba a llegar. Pelotazo de Andrada, Caicedo duda y pierde con Ábila que las peleó todas, y finalmente ante la salida del arquero, es el propio defensor ecuatoriano el que metió la pelota en el arco para el 3-0 definitivo.

Boca se vuelve de Quito con un triunfo que lo deja con gran tranquilidad de cara a la revancha en La Bombonera. El equipo jugó un gran partido, firme en todas las líneas, y despejó todo tipo de dudas que había con respecto a cómo iba a afectar la altura. Una vez más, en la copa, el equipo sacó chapa de candidato y sueña.