Tras un domingo pasado por agua que derivó en la suspensión del encuentro, Boca recibió a Newell´s, el día martes, con la flagrante necesidad de sumar de a 3 para escalar en la tabla anual y comenzar a asegurarse el boleto hacia la próxima edición de la principal cita continental. Si bien la lluvia desapareció, el rendimiento colectivo del equipo dueño de casa estuvo inundado de imprecisiones y de escasa claridad a la hora de la construcción, especialmente en la etapa inicial.

Sebastián Battaglia, sorpresivamente a horas del inicio del cotejo, decidió modificar la formación que había firmado planilla el domingo y realizó 3 modificaciones, que también traían consigo una mutación en el sistema. Adentro «Changuito» Zeballos, Eduardo Salvio y Lisandro López. Afuera Edwin Cardona, Sebastián Villa y Carlos Zambrano. El 4-3-1-2 se borró del pizarrón táctico y se escribió encima un 4-3-3, con dos wines bien definidos.

El 4-3-3 fue demasiado estructurado y con escasa movilidad. En el primer tiempo, Boca fue fácilmente controlado por La Lepra, que pobló el medio y ensució los canales de circulación. El local no encontró desnivel salvo maniobras individuales de Frank Fabra -el mejor en el primer tiempo-, y tuvo excesivas imprecisiones. Necesitaba imperiosamente alguien que rompa el molde para desarticular el compactado bloque que paraba el rival. No generó peligro en los 45´ iniciales, salvo un cabezazo de Eduardo Salvio tras centro del colombiano casaca número 18, que Ramiro Macagno manoteó mandando la pelota al córner.

El elenco dirigido interinamente por Adrián Taffarel se compactaba en defensa, era corto entre líneas, defendía con todos sus hombres detrás de la línea de la pelota y logró con creces neutralizar al local. Además, de contraataque supo explotar los espacios que dejaba Boca y tuvo la mejor oportunidad de la etapa inicial. Justo Giani recuperó e inició el avance, Pablo Pérez descargó de primera agilizando la maniobra, y Juan Garro definió, a pesar de que la pelota le quedó atrás, e hizo trabajar a Agustín Rossi que envió la pelota al tiro de esquina.

El alba del complemento estaba siguiendo la misma partitura del inicio, el Xeneize era inconexo y necesitaba un eslabón entre la línea media y de finalización. Todos sus ataques derivaban en sus extremos, y su producción ofensiva dependía del éxito de la verticalidad de ellos. Los interiores no rompían y eran perjudicialmente lineales. Newell´s, por su parte, seguía apostando a lo mismo, y en el botín derecho del juvenil Giani volvió a tener el gol de contra, pero nuevamente Rossi bajó la persiana.

Esto, además, provocaba soledad en el área para Luis Vázquez, quien se fajaba solo con los centrales y Julián Fernández cuando se metía en la cueva. Buen partido del paraguayo Canale, el más firme de La Lepra. Se fue a su casa con chichones de tanto despejar de arriba, fue dueño de las acciones siempre en las alturas.

A los 20´ Seba Battaglia llamó a Edwin Cardona y lo mandó a la cancha. Mutó a un 4-3-1-2 y se incrementó notoriamente la generación de peligro. No solo porque el colombiano ocupó la posición que el equipo necesitaba para dejar de ser inconexo, sino porque además aportó una cuota enorme de creatividad y pases con ruptura. Su presencia volvió a marcar la diferencia y sigue dando golpes en la mesa, en semanas clave para su futuro donde está en juego su continuidad en el club.

El club rosarino apostó con los ingresos de Fernando Belluschi y Maximiliano Rodríguez a refugiarse con la tenencia de la pelota, manteniendo también a Pablo Pérez en cancha. De todos modos, no lograron el cometido y por sus características la visita terminó sufriendo, aguantando cada embate cerca del arco defendido por el cordobés Macagno.

En los últimos 15´ Boca dominó y fue avasallante. Con más ímpetu que fútbol sofocó a Newell’s en el final y la falta de puntería (y fortuna tal vez) lo privaron de llevarse los 3 puntos. Marcos Rojo cabeceó y la pelota se estrelló en el palo. En la réplica de esa maniobra, Luis Vázquez (a quien le anularon un polémico gol) definió ante Macagno, quien tapó en primera instancia y en el rebote el 38 volvió a hacer vibrar el poste derecho. Toda la cancha se llenó la boca de «uuuuuh» en los últimos minutos. La última la tuvo Juan Ramírez, el ex Talleres recibió de primera la asistencia del delantero nacido en Recreo pero le quedó el disparo para su derecha, pierna menos hábil, y la tiró por encima del horizontal.

Fue final 0-0. Salvo con Godoy Cruz, siempre que la idea inicial de Boca fue truncada por la propuesta rival, nunca tuvo la capacidad necesaria para modificar piezas y caminos para revertir el escenario adverso. Es el principal problema que posee. No puede salir de las neutralizaciones.

Boca dejó pasar la chance de establecerse en el cuarto lugar de la tabla anual en zona Copa Libertadores. Quedó sexto, en lugar de Sudemericana y depende de resultados ajenos para entrar por la vía local, sino, pondrá todas sus fichas en juego en la final de Copa Argentina. Arsenal en Sarandí, y Central Córdoba en Brandsen 805, son el itinerario para las últimas 2 fechas.