Luego de la suspensión que afronto su hermano Guillermo, quien se encontraba en un palco del Allianz Parque, Gustavo estuvo a cargo del equipo y se mostró feliz por haber llegado a la final de la Copa Libertadores.

“No es fácil llegar a una final, sobre todo teniendo en cuenta los rivales que nos tocó enfrentar a lo largo del torneo, sobre todo el de hoy”.

Pese a mostrarse contento por haber logrado uno de los objetivos planteados a principio de año, advirtió que: «Tenemos que seguir mejorando, corrigiendo algunas cosas y potenciar las cosas buenas.»

Respecto del trabajo del conjunto Xeneize: “Es un merito muy grande de los jugadores, haber controlado a Palmeiras tanto en Buenos Aires como acá en San Pablo, son un rival durísimo” y además agregó su análisis desde el banco: “De afuera se ve más tranquilo y se observaban espacios para marcar la diferencia. Teniamos a Pavon y a Villa por las bandas, son desequilibrantes y veloces.”

Ya pensando en la final contra el rival de toda la vida aseguro: “No va cambiar nada, para nosotros es una final y queremos ganarla. Seguiremos entrenando como siempre sabiendo que por delante tenemos la final de la Copa Libertadores»

«Sabemos que es un rival difícil como todo aquel equipo que hubiera llegado a una final de Copa Libertadores. «

Por ultimo agregó: «Ya de por sí Boca-River tiene una envergadura particular. Es un partido sin antecedentes y para nosotros no deja de ser el partido que apuntamos durante todo el año.»