Estaba cantado

Boca abrió el Torneo de Primera División visitando a Unión, en Santa Fé. Con la responsabilidad y el foco puesto en la vuelta del martes ante Atlético Mineiro en Belo Horizonte, Miguel Russo presentó un equipo totalmente alternativo, plagado de juveniles y con los debuts de Valentín Barco (lateral izquierdo, 16 años) y Aaron Molinas (volante, 20 años). García (C); Giampaoli, López, Zambrano, Barco; Molinas, Varela, Campuzano, Obando; Orsini y Vázquez. 4-4-2 marcado y claro desde el inicio.

El Xeneize hizo un gran trabajo en todas sus líneas en los primeros 20´, y en ese lapso consiguió abrir el marcador. Luego, se desinfló rotundamente, finalizando en un desarrollo parejo en la primera etapa, y siendo superado en el complemento, donde el Tatengue no soló empató, sino que, pudo haber ganado si no hubiese sido por la gran actuación de Javier García. Fue un 1-1 molestó para Boca porque el local igualó sobre el final, pero más que justo, la paridad estaba anunciada y se veía venir. Unión lastimaba por ambas bandas y la visita ni siquiera con las modificaciones pudo apaciguar el dominio rival.

A los 9´ los vestidos de azul y oro abrieron el marcador, Valentín Barco trepó por izquierda, ejecutó un buscapié, el fondo local despejó pero el despeje quedó corto, fue capturado por Jorman Campuzano, quien asistió a Agustín Obando, que dominó, giró y remató cruzado de zurda para, con ayuda de un desvió en Emanuel Brítez, vencer a Sebastián Moyano y abrir el marcador.

El 1-0 no sorprendía, Boca era alto en el campo de juego, copaba el mediocampo, y encontraba en el tándem Barco-Obando la vía para ser profundo. Con ese sello por el carril izquierdo, Alan Varela tuvo el primero a los 5´, rematando tras un centro raso proveniente desde ese sector, el guardameta Moyano tapó abajo en dos tiempos.

Luego de los 25´ iniciales, el encuentro se desinfló, para ambos conjuntos. Reiteradas faltas, extremada fricción en la mitad de la cancha e inexistentes asociaciones en corto y por bajo, provocaban que el encuentro sea ordinario en términos futbolísticos. El trámite descripto duro hasta el ocaso del primer tiempo. La única maniobra de peligro ocurrió a los 44´, cuando Nicolás Cordero ganó de cabeza en el área de Boca, y exigió a Javier García a volar para desviar la redonda y enviarla al córner. Dicha jugada fue un indicio de lo que pasaría en la segunda etapa.

Es digna de destacar la buena presentación de Aaron Molinas en primera. Criterioso para pasar y crear, y técnico con la pelota. Se nota que es creativo por excelencia, hoy, tuvo que jugar tirado a la derecha, y sin embargo, fue el mejor jugador de Boca hasta que decidieron sacarlo a los 15´ del segundo tiempo.

El complemento, fue de principio a fin para Unión. El ala izquierda del equipo dirigido por el Vasco Asconzabal fue un suplicio para la defensa visitante, Claudio Corvalán se proyectaba sin marca, Juan Portillo lo suplía en defensa, y el Tatengue encontraba superioridad numérica en ese sector. A esto, se le sumaba la gran labor aérea de Juan Manuel García y Nicolás Cordero, y ni que hablar de Fernando Márquez cuando saltó al terreno de juego. El local apostaba a los centros laterales, y así provocó más de una ocasión neta de riesgo para la valla defendida por Javi García, que a medida que corrían los minutos acrecentaba su figura.

A los 6´, Boca tuvo la única aproximación y por ende, oportunidad de ampliar la ventaja. Centro del Colo Barco, el arquero Moyano salió con los puños, y la pelota le cayó a Lisandro López, que con el guardavalla a medio camino, ensayó una vaselina que tuvo la potencia justa pero no la precisión necesaria, por lo que se fue cerca del palo izquierdo.

Los desbordes, desdobles y centros venenosos no paraban de caer al área Xeneize. Primero Claudio Corvalán, luego Nico Cordero y por último Gastón González, los tres tuvieron chances inmejorables de establecer la parda, en las tres se lució Javi García, que era un frontón. Todas esas oportunidades provenían de avances por las bandas, y vaticinaban lo que ocurriría minutos después.

Boca no hallaba la manera de mantener la posesión, le duraba extremadamente poco la pelota en su poder, por consecuente, nunca pudo activar a Cristián Pavón (entró en el complemento) para provocar algún contraataque.

Hasta que a los 36´ llegó el final anunciado, lo que todos los espectadores sabían que iba a ocurrir y lo que Unión merecía ampliamente. Esta vez, fue la calle derecha la que generó el desacople, Imanol Machuca gambeteó al colombiano Campuzano y empaló un centro bárbaro al corazón del área, donde Cuqui Márquez se elevó a la perfección y con un inexorable testazo, batió a García, que nada pudo hacer, y estableció el 1-1 definitivo.

El camino hasta el epílogo careció de fútbol, y abundó de cortes reiterados, ya sea por cambios, faltas o imprecisiones que provocaban que la pelota salga del terreno de juego. Fue final, empataron en uno el Tatengue y Boca Juniors.

El Xeneize pagó la factura de un pálido segundo tiempo, no corrigió el déficit ni mermó el dominio de Unión y dejó dos puntos en el camino en el arranque del campeonato. El cuerpo técnico ya planifica la vuelta ante Mineiro, y en caso de acceder a los cuartos de final, comenzará a evaluar rotaciones ya que el calendario que se aproxima es apretado. Boca tras visitar a Mineiro, jugará el próximo 20.15hs ante Banfield en el Florencio Sola, luego el martes 27 será local de San Lorenzo y esa misma semana cerrará su agobiante semana viajando a Córdoba para enfrentar a Talleres.