Boca necesitaba un triunfo reconfortante como el aire para respirar. Para llegar con confianza al Superclásico, y porque debía calmar las aguas tras un flojo rendimiento con consecuencia de derrota ante Huracán el pasado domingo. El panorama era alentador. El escenario, complicado. El Xeneize disfrutó de los resultados rivales, como se dice en la jerga «todos jugaron para ellos»: los 3 que se encontraban por encima en la tabla de posiciones, Colón, Tigre y el Globo, no conocieron la victoria; Rosario Central, Vélez y Arsenal tenían chances de alcanzar la línea del club de La Ribera, y tampoco sumaron de a 3. De todos modos, debía ratificar la posibilidad de asentarse en lugar de clasificación ante el líder e invicto Estudiantes de La Plata.

Sebastián Battaglia metió mano en el equipo, en parte obligado por la lesión de Óscar Romero, y dio un vuelco en el sistema y en la intención. La modificación más llamativa y arriesgada, fue la que mayor rédito le dio. Pol Fernández jugó de 5. Boca encontró enormes soluciones allí. En materia de salida, orden y construcción. Además, estuvo bien ubicado para cortar y defender. Cerró la noche con 9 recuperaciones, 2 intercepciones y 2 entradas. Fue la figura de la cancha.

El mediocampo estuvo compuesto de 2 interiores bien definidos: Cristián Medina por derecha, y Juan Ramírez por izquierda. Delante de ellos, como enganche, Aarón Molinas. Este rombo fue el que propició que la visita logre imponerse en las acciones. Ganó la batalla céntrica.

Pol Fernández se incrustaba entre los centrales para ser gestación clara, y provocaba superioridad numérica de 3vs2. Leandro Díaz y Mauro Boselli (salió lesionado a los 20´) no podían contrarrestar ese hombre de menos en dicha zona, y Boca salía siempre limpio. Los interiores permitían tener volantes en distintas alturas, por lo que crecía rápido en campo contrario. Más aún con la libertad e intensidad con la que se movía Aaron Molinas, de gran performance nuevamente. La línea media de Estudiantes llegaba siempre tarde a la presión.

Sebastián Villa se asentó por izquierda, para combinar con Frank Fabra y también para exigir al amonestado tempranamente Leonardo Godoy. Las mejores oportunidades tuvieron al 22 como protagonista. En el alba, ejecutó un córner que Luis Vázquez cabeceó en el centro del área y rozó el palo. Luego, mediando el capítulo inicial, volvió a ser participe, está vez en un contraataque Xeneize, recibió de Molinas, enganchó y Mariano Andújar tapó. En el rebote, el 38 lo eludió, disparó y entre la cabeza de Agustín Rogel y el palo, salvaron al Pincha. En el epílogo del primer tiempo, nuevamente Villa agitó el avispero, tomó la pelota de win, volvió a ir hacia el centro, sacó la bomba al segundo palo, y el 1 volvió a agigantarse para mantener el arco en 0.

Boca mereció irse al descanso con ventaja, pero, la chance más neta de abrir el marcador la tuvo el dueño de casa. Leo Godoy asistió a Manuel Castro, quien picó, en off side, a espaldas de Fabra y se zambulló. Echenique, compró y cobró penal. Dos leyes máximas del fútbol salieron a dar cátedra: la de Compensación -hubo una mano en el área de Izquierdoz no sancionada- y la de «Penal mal cobrado, penal errado». Agustín Rossi, nuevamente se vistió de héroe. Le ganó el duelo al Loco Díaz, que abrió el pie con poca potencia. Décimo penal que tapa Rossi con la azul y oro, sobre 34 que le ejecutaron.

El complemento arrancó cantando la misma canción. Boca ejercía superioridad con la misma idea y lastimando con las mismas armas. Y a los 9´ llegó el 1-0, con todas las características enunciadas en los párrafos anteriores. Todo inicio en un ataque de Estudiantes. Díaz le ganó el duelo a Marcos Rojo, enfiló peligrosamente al área, donde con absoluto timming Pol Fernández lo barrió y apagó el incendio. Tras eso, en vez de hacer la simple y revolear, el número 8 que fue 5, cambió de frente para el colombiano Fabra. La pelota derivó en Aaron Molinas, que en zona central observó todo el panorama, la pisó con la suela, y puso una exquisita diagonal en el espacio entre zaguero y lateral para Sebastián Villa. El nacido en Bello recortó, y tiro el centro de derecha. Luis Advíncula, como una tromba, arremetió por el segundo palo, y con un cabezazo a pierna cambiada del arquero infló la red. Golazo. Primer tanto del peruano en 24 partidos en el club.

Mientras todo el mundo Boca festejaba el gol, el Pincharrata casi emparda. Matías Pellegrini, el mejor jugador del local, desbordó por derecha, centró al corazón del área donde Fernando Zuqui llegó solo a la carrera y cabeceó desviado por milímetros. Desatención enorme.

Con el 1-0 el reloj comenzó a jugar. El Xeneize manejaba la pelota pero era más cauto que incisivo, mientras que el local estaba escaseó de ideas y de conexiones por dentro para lastimar, y se limitó a una segunda pelota tras el enorme trabajo sucio que hacia el delantero Díaz fajándose con los centrales.

Un blooper de Mariano Andújar pudo haber ampliado la ventaja. El 1 quiso despejar y le acertó a la nuca del uruguayo Rogel, la fortuna hizo que tenga destino de tiro de esquina y no de gol. El recordado tanto de Bichi Fuertes en 2008 frente a Racing con el mismo yerro de Pablo Migliore se despertó en la memoria de la mayoría de los televidentes.

Salvo un tiro de media distancia de Emmanuel Más que tomó Rossi en 2 tiempos, no hubo peligro por parte del team del Ruso Zielinski. La única e inmejorable fue a los 50´. Loco Díaz, incansable, peinó un centro desde la esquina y por el segundo palo a arco vacío se lo devoró Hernán Toledo. Boca respiró, y ganó.

Triunfo vital para el elenco de Sebastián Battaglia. Por contexto, necesidad y porque lo deposita dentro de los 4 primeros. En la antesala del Superclásico el juego fluyó, hubo carácter, rebeldía e intensidad. Llegó con dudas y se fue con certezas. La mala noticia fue la lesión de Carlos Izquierdoz, quien sufrió la fractura del quinto metatarsiano y deberá ser intervenido quirúrgicamente.

Trabajará con paz y positivismo en la semana, aguardando por las evoluciones físicas del paraguayo Romero y Darío Benedetto.

Boca fue a La Plata, y encontró Oro.