Boca volvió a tropezar por el torneo local y dejó escapar la chance de acomodarse en el Grupo D. El próximo domingo enfrentará a Newell’s en un partido decisivo para la clasificación.

El equipo de Russo volvió a ser una sombra del que supo salir campeón hace unos meses. Errores individuales y poco engranaje colectivo combinaron para llevarse la derrota ante un Lanús que supo aprovechar las oportunidades.

Los puntos bajos volvieron a estar en los laterales, quienes no pesaron en ataque y que en defensa, especialmente Mas, sufrieron las embestidas de los juveniles del Granate.

El Pulpo González, quien volvió a jugar de titular luego de 418 días, se lo vio desconectado del partido y en un bajo ritmo, al igual que Maroni, a tal punto que ambos se fueron reemplazados en el entretiempo.

En cuanto a los delanteros, ni Villa, ni Zárate, ni Wanchope redondearon un buen encuentro. Equivocaron muchas decisiones y no hicieron valer su superioridad individual ante un rival que le alcanzó con cerrarse atrás.

Si bien la mayoría son suplentes, preocupa el nivel de varios jugadores que tarde o temprano pueden sumar minutos en partidos importantes (entiéndase, Libertadores). Además, seguramente muchos vuelvan a jugar el próximo domingo frente a Newell’s, en un partido importantísimo para las aspiraciones del Xeneize en la Copa de la Liga.

Con la cabeza en la Libertadores, es normal que baje el nivel en los partidos por torneo local. Pero dos derrotas en casa, y el bajo nivel de gran parte de los titulares de esta tarde, preocupan de cara a lo que se viene. Boca deberá reponerse y, si bien no es el principal objetivo, clasificarse a la siguiente ronda para demostrar porque es el campeón argentino.