El volante llega a préstamo por un año, con opción de compra proveniente del Cruz Azul de México para de esta manera afrontar su segunda etapa con el club que lo vio debutar y del cual es hincha.
La entidad boquense, en estos últimos años posee una larga lista de jugadores que vinieron desde las divisiones inferiores e hicieron su debut en primera sin tener posteriormente el rodaje necesario. Jóvenes que saltaron desde la reserva con grandes condiciones pero que aún así ante las urgencias que iba pasando el equipo, algunos malos resultados, desempeños y las pocas chances de minutos en cancha fueron llevando a estas «promesas» a querer buscar mejores oportunidades dentro del campo de juego. Se conoce que sea el club que sea, los futbolistas, buscan ser en mayor parte protagonistas y para lograr esto necesitan jugar la mayor cantidad de partidos y minutos que se pueda. Dicho atenuante hizo que en el último período dirigencial apellidos como Leandro Paredes, Andrés Cubas y Sebastián Palacios por poner ejemplos similares a la camada de «Pol» no terminen contando con el lugar deseado en el plantel principal y que decidieran por decantarse en marcharse a otras instituciones de menor relieve/categoría o asimismo ventas hacia el exterior en un corto lapso sin continuidad en Boca. Nombres los cuales, el futuro, se encargó de hacerlos valer. Ya que hoy por hoy son jugadores cotizados dentro del fútbol argentino por los equipos «más grandes» del país y al mismo tiempo todos con la particularidad de ser hombres salidos de la casa boquense. La lista podría seguir en Luciano Acosta de gran desempeño en EE.UU, Franco Fragapane con buenas actuaciones en Unión de Santa Fe. Sanchez Miño, Sergio Araujo, Pochettino, Komar, Maroni, Molina Lucero (quién también retornó al club luego de haber debutado en el mismo hace 3 años y de pasar por sucesivos préstamos), Vadala, y finalmente Balerdi, en algunos casos que se podrían hacer mención entre ventas y sesiones que se producieron de juveniles con gran futuro pero casi sin lugar en el equipo titular.
El caso de Fernandez contó con gran trabajo cuasi «a pulmón» por parte del futbolista que a sus 28 años logra encontrarse nuevamente con la oportunidad de ponerse la camiseta de sus amores. El ex Cruz Azul debutó en el xeneize con 20 años y mostró grandes cualidades en la mayoría de los encuentros que le tocó disputar. En dicha primer temporada jugó 8 partidos en total siendo en 5 titular y logrando sus primeras dos conquistas como profesional. Una de ellas será recordada por el hincha cuando en el último encuentro de la carrera del gran «Flaco» Schiavi Boca venció sobre el final al Godoy Cruz que era dirigido por Martín Palermo en el que Pol anotó la conquista del empate que posteriormente sería victoria agónica con conquista de Nicolás Blandi. No obstante tiempo atrás, el santafesino, lograba su primer título y único con el xeneize al ser campeón de la Copa Argentina superando a Racing en aquella final.
La era «Falcionista» acabó luego de que los hinchas boquenses pidieron por el retorno de Carlos Bianchi. Dicha petición fue lograda y bajo las arcas del histórico «virrey», Fernandez, tuvo mayor rodaje disputando 24 partidos en total en su segunda temporada con la entidad de la ribera siendo en 20 ocasiones titular, convirtiendo dos goles.
Los malos resultados del equipo sumada las nuevas incorporaciones hechas en su momento hicieron que Pol decida salir a préstamo en busca de mayor regularidad, dicho club elegido fue Rosario Central. Allí tampoco se ensambló de la mejor forma y apenas disputó 7 encuentros regresando de su préstamo a Boca en 2014. La aspiración de revancha en su vuelta fue frenada por una impensada lesión a comienzo de temporada que lo marginaron del equipo y de tener posibilidades en el mismo una vez que logró recuperarse ya que tenía mucho terreno perdido en la consideración del técnico. Esto derivó a que el jugador recaiga en Atletico Rafaela que se encontraba en urgencias con los promedios y que necesitaba de su juego para salir del fondo de la tabla, la confianza estuvo depositada desde el día uno cuando la camiseta número 10 era de su propiedad.
Allí el futbolista aprovechó la confianza que le brindaron y brilló con grandes actuaciones, afrontando 17 partidos en total y convirtiendo 3 goles en su paso. Incluso uno de dichos tantos fue ante el xeneize en la famosa «ley del ex» que se hizo presente en la mismísima Bombonera aquella tarde gloriosa, histórica y de ensueño para el equipo santafesino, dato que el jugador seguramente debe recordar. Su buen paso por la «crema» lo llevó a subir un escalón y derivar en otro club con objetivos mayores como lo era Godoy Cruz que en su momento era dirigido por Gabriel Heinze quien no dudó un segundo en traerlo. El conjunto mendocino no corría con apuros en el tema del descenso y esto le sirvió para que el mediocampista siga mostrando sus dotes en el juego ofensivo con gran técnica demostrada en tiros desde larga distancia y con buen juego colectivo manejando hilos y los tiempos del mismo. En el «Tomba» la carrera del jugador se podría decir que resurgió al volver a dar mensajes y actuaciones más que positivas y hasta sobresalientes ya bajo la dirección de Sebastián Méndez y finalmente con Diego Dabove disputando partidos de gran relieve como la Copa libertadores toda un hito para el equipo de la provincia. Dicho esto fue lo que derivó en que el jugador vuelva a ser jerarquizado como uno de los mejores en su puesto por su categoría y posteriormente despertara el interés de los mejores equipos del país. Entre ellos los interesados fueron nada menos que River y Racing. Este último fue el que finalmente se llevó la ficha del nacido en Granadero de Baigorria en una cifra cercana a las $2.500.000 millones bajo las órdenes de Eduardo Coudet que lo llevaron a vivir, tal vez, el premio mayor de su carrera al lograr la obtención de la última Superliga Argentina y siendo pieza de gran nivel en el equipo, con 23 partidos jugados, siendo partícipe en tres tantos anotados y tres asistencias conseguidas. Números u estadísticas que hicieron que el futbolista sea vendido y querido por el fútbol mexicano, más precisamente en el Cruz Azul, en un monto cercano a los $5.000.000 millones de dólares, siendo esta una gran inversión por parte de la institución.
La estadía en el país azteca no fue para nada la deseada y con apenas 12 encuentros disputados sin nunca lograr titularidad, el santafesino, no dudó un segundo cuando surgió el interés de Boca y la posibilidad de regresar a su club de la mano de «Roman», uno de los que se podría decir sus «amigos», con el que compartió vestuario y tuvo buena relación en la última etapa del «10» en Boca.
Esta segunda etapa de Fernandez es distinta al resto ya que llega con mucha mayor experiencia encima y seguramente confiará en ella como para esta vez ser un jugador clave del actual equipo comandado por Miguel Russo. La frase para enmarcar es que tal vez el tiempo pone las cosas en su lugar y con mucho esfuerzo en el camino, Pol, cumple un sueño personal que era tener otra oportunidad de vestir los colores de su segunda casa. Factor que tendrá que demostrar en la cancha para adueñarse por momentos de un mediocampo que necesitará de sus características y de distintas variantes en el juego que intentará proponer este nuevo Boca que bajo las decisiones de la nueva dirigencia pareciera mostrar interés y memoria por aquellos futbolistas que dieron sus primeros pasos en el club y que actualmente muestran en su carrera contar con la categoría necesaria de vestir la camiseta xeneize. Sin duda el hincha recibe con los brazos abiertos a un Pol Fernandez que ya sueña en grande con la azul y oro.