En el corto ciclo que lleva Boca bajo la dirección técnica de Sebastián Battaglia, la lupa negativa se centró en el andar del club de La Ribera en dos ocasiones: en la derrota ante River en el Superclásico y en la caída en Liniers frente a Vélez. En ambas situaciones fue ampliamente superado por su rival, y el cuestionamiento pasaba por la postura especulativa y de rol secundario en las acciones, a sabiendas de que la materia prima para afrontar dichos partidos era buena y el funcionamiento previo a esas contiendas había funcionando yendo a buscar el arco de en frente.

Dicha afirmación quedó confirmada en la noche de lunes en Mar del Plata. El Xeneize no se guardó nada, propuso, arriesgó y mostró una cara futbolística más que positiva jugando un gran partido. Frank Fabra y Eros Mancuso -lateral titular ante la lesión de Chelo Weigandt y la ida a la selección de Luis Advíncula- abocados y lanzados al ataque al mismo tiempo, y los mediocampistas asociando y jugando hacia adelante fueron la postura de un equipo que generó en demasía en el primer tiempo. Encontraba ventajas haciendo ancho el campo, liberando espacios céntricos para la inventiva y creatividad tanto de Edwin Cardona como de Agustín Almendra.

El encuentro fue entretenido ya que el visitante iba incesantemente y dejaba huecos, por lo que Aldosivi cada vez que cortó y fue práctico en sus maniobras, también tuvo las suyas.

Frank Fabra tenía una jornada optima, pasaba permanentemente y resolvía con criterio. El triángulo Fabra-Cardona-Villa volvió a funcionar, trayendo flashbacks del mejor nivel del team bajo el mando de Miguelo Russo. De una trepada del lateral colombiano llegaría la primera emoción del partido a los 15´. Edwin giró con pelota dominada y habilitó al 18 al hueco, este recibió y envió el centro pasado, José Devecchi la desvió, Fernando Román con el muslo la sacó como pudo, y el despeje encontró en carrera a Agustín Almendra. El volante sacó el latigazo que se estrelló en el travesaño y en el rebote él mismo cabeceó para mandar la pelota al fondo de la red. 1-0.

Boca seguía siendo productivo y estaba cerca del segundo. Eros Mancuso piso el área, y Rodrigo Montes de taco lo habilitó, el lateral de la reserva remató fortísimo pero el arquero del Tiburón respondió bárbaro. Instantes después Sebastián Villa, de participación activa, probó de media distancia e hizo vibrar el arco rival impactando su tiro en la unión entre el horizontal y el palo derecho. Como si esto fuera poco, Luis Vázquez también tuvo sus oportunidades, primero cabeceando un centro desde la izquierda de Fabra tras combinar por enésima vez con Cardona, propiciando la respuesta de Devecchi, y luego no pudiendo darle destino de arco a un buscapié de Villa.

El elenco azul y oro merodeaba el segundo pero no disponía de la hegemonía de las oportunidades. El equipo dirigido por Martín Palermo iba rápidamente al hueso cuando recuperaba la posesión y explotaba los espacios que dejaban los laterales lanzados al ataque. Rufino Lucero acarició la paridad. Trepó, le ganó a Cali Izquierdoz trabando, enganchó ante Lisandro López y definió bárbaro al segundo palo. El travesaño le guiñó el ojo a Rossi y salvó la caída de su valla.

El primer tiempo se fue 1-0 pero contabilizó 27 remates. Esto se daba producto de lo volcado que estaba Boca al ataque, y lo que sufría cada vez que perdía la redonda. Jorman Campuzano no lograba cumplir con todos los relevos y era sobrepasado por los hombres del Tiburón lanzados al contraataque. El Xeneize era el protagonista en las acciones, pero compartía las emociones en las áreas.

El inicio del complemento fue deslucido a comparación de lo emotivo que había sido la etapa inicial. Estaba apagado y caído en una meseta. Perdió ritmo e intensidad. Boca seguía manejando la pelota y los tiempos pero ya no era tan punzante. Aldosivi, por su parte mutó a línea de 5 para contener las trepadas de los laterales contrarios, y de esta forma contuvo a su rival y empezó a ganarle el medio, convirtiéndose poco a poco en una amenaza para el arco de Agustín Rossi.

Cuando el local se había nutrido de confianza y empezaba a sacar las manos para pelear, Boca sacó una mano salvadora y llevó a su rival a besar la lona. Lisandro López, de gran noche y conocido manejo de pelota en salida, asistió a Toto Salvio (volvió tras su lesión ligamentaria) quien llegó hasta el fondo y ensayó el siempre dañino centro atrás, Seba Villa remató, Devecchi atajó y en el rebote Edwin Cardona definió con sutileza, emulando el gol que Martín Palermo le convirtió a Grecia en Sudáfrica 2010. Los dirigidos por Battaglia le bajaban el martillo al asunto y dilapidaban las ilusiones del elenco marplatense. 2-0.

Las puertas en salida que abre el buen pase rasante que tiene Lisandro López son muchas. Se equivoca muy poco como pasador y no tiene problemas en arriesgar. Central ideal para la construcción progresiva desde abajo. Su participación en el segundo gol fue una ilustración genuina de una virtud que pocos defensores poseen en el medio local.

Sin dudas que el resultado se lleva los flashes, pero la vuelta de Eduardo Salvio es una gran noticia para el mundo Boca, que se refuerza en la recta final. Carta de oro suma Battaglia al mazo. Jerarquía enorme para el fútbol argentino. Hace diferencias. Hoy entró y no se notó su largo parate. Desniveló, gambeteó y participó en el segundo gol. Incluso pudo haber hecho el suyo tras apilar rivales y sacar la bomba al primer poste, pero el guardameta contrario le escupió el asado.

La figura del encuentro fue Edwin Cardona, por su inventiva, su creatividad y su determinación. Ya era un gran encuentro del colombiano hasta el gol, y lo decoró con un excelso pase al hueco para su coterráneo Villa, quien eludió al arquero y la empujó a arco vacío para poner el 3-0 definitivo.

Triunfo satisfactorio para Boca en Mar del Plata, por su holgura en el resultado y porque logró volver a su mejor versión. Asoció, perforó, generó y fue eficaz, dejando evidencia que la cara más producente que tiene este equipo se logra y sale a la luz cuando es el proponedor de las acciones y asume un rol protagónico.

Los 3 puntos le permiten seguir acrecentando las posibilidades de ingresar a la Copa Libertadores sin depender de que pase en la final de la Copa Argentina. Hoy se encuentra 5to en la tabla anual y si logra mantener esa posición, sacará boleto. Le quedan 5 encuentros en el torneo doméstico para lograrlo. Falta todavía un tirón, pero hoy en La Feliz, Boca volvió a sonreír.