Cachetazo

La interminable espera culminó, después de tanta especulación se vieron las caras en el Cilindro de Avellaneda Racing y Boca, por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América.

El amanecer del encuentro hizo alusión a lo que fue la previa: demasiado análisis. Ambos equipos estaban concentrados en cumplir a rajatabla el libreto encomendado por sus respectivos directores técnicos, la primera media hora se asemejó más a una partida de ajedrez que a un partido de fútbol.

Racing reflejaba notoriamente su idea de hacer ancha la cancha al abrir bien a las bandas a sus carrileros Eugenio Mena y Fabricio Domínguez, dejando flotar por el centro a Matías Rojas como distribuidor de juego, y permitiéndole a los stoppers salir trasladando sin presión alguna, la «Academia» tenía decidido ser quien mande en las acciones.

De todos modos, el local era dueño de la pelota pero no del desarrollo del partido, no lograba imponerse y ser dominador nato. Boca hacía retroceder a Sebastián Villa y Eduardo Salvio con los laterales-volantes contrarios, pregonaba el orden en el doble 5 compuesto por Nicolás Capaldo y Jorman Campuzano, y apostaba a la lastimar rápidamente post-recuperación de la pelota. Dicha manera de atacar se reflejó en los últimos 10´de la etapa inicial, primero el colombiano Villa remató tras recuperar en 3/4 de cancha y encontró bien ubicado al arquero Arias, y segundos más tarde, quien robó fue Frank Fabra y tras una trepada individual disparó cejado sin provocar demasiado peligro.

El equipo dirigido por Sebastián Becaccece le costó generar ataques enhebrados, lograba a la perfección la salida y la superación de la presión del rival pero no encontraba la manera de desequilibrar en el último tercio del terreno de juego. El uruguayo Domínguez fue lo más incisivo de los primeros 45´y lo más claro lo propicio Leonardo Sigali probando de media distancia.

Se fueron al descanso 0-0, tras una primera etapa donde reinó el libreto y el orden, y escaseó el riesgo en los arcos.

El arranque del complemento tuvo el mismo escenario, el Xeneize lastimaba a raíz de la practicidad tras recuperación, especialmente apurando a un Alexis Soto dubitativo.

De todos modos duró poco dicho contexto. A los 59´Fabricio Domínguez llegó hasta el fondo, se frenó, jugó hacia al medio, y tras una sucesión rápida de toques la redonda derivó a la izquierda a los pies de Eugenio Mena, quien con un guante en el botín zurdo ensayó un centro que cayó entre la posición de «Cali» Izquierdoz y Frank Fabra donde entró Lorenzo Melgarejo zambulléndose de palomita para conectar y poner el 1-0. Golazo de Racing, por la elaboración y también por la culminación.

El panorama se modificó, ahora Boca tenía que ser el proponedor y a raíz de su propia imaginación llegar al arco contrario, ante un dueño de casa que era consciente del resultado positivo que tenía y cerraba los espacios, siendo pasivo a la hora de administrar la pelota, esto lo consiguió con las grandes actuaciones de «Lolo» Miranda y el paraguayo Rojas, y era ordenado a la hora de defender.

En este pasaje final del cotejo se vio la peor versión del Xeneize, se evidenció su escasa capacidad para elaborar peligro colectivamente, le era imposible enhebrar asociaciones por el centro y sus acciones desembocaban en las bandas, donde apostaba excesivamente al desequilibrio individual.

A los 84´el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo tuvo la paridad, córner desde la derecha que desvió Leonardo Jara y la pelota tras un rebote quedó flotando en la puerta del área chica donde fue conectada de tijera por Franco Soldano (ingresó a los 61´por Cardona), el remate se elevó apenas por encima del horizontal.

Fue final 1-0. Una justa victoria para Racing Club, que hizo prevalecer su idea durante los 90´y encontró la ventaja a través de una brillante maniobra colectiva.

Preocupante pasar de Boca, no solo desde los últimos resultados, sino desde la carencia en el desarrollo. Tendrá una semana para mejorar y esperar la revancha el próximo 23 de diciembre en La Bombonera.