Apática paridad

Tras eliminar por penales a River y acceder a las semifinales de la Copa de la Liga Profesional, Boca recibió a Barcelona de Ecuador, con la misión de sumar de a tres para poner pie y medio en octavos de final, a sabiendas del tropezón de Santos en Bolivia que hacía arder al grupo C.

Miguel Ángel Russo volvió a optar por la rotación, respecto a la formación que disputó el Superclásico dispuso cinco modificaciones: ingresaron Andrada, Capaldo, López, Más, Campuzano y Soldano; en lugar de Rossi, Buffarini, Rojo, Fabra, Varela y Tévez. Volvió a pararse 4-3-3 con el ex Unión como centrodelantero definido, a diferencia de Carlitos Tévez quien retrocede a generar juego y provocar asociaciones, esto terminó siendo una característica que al Xeneize le faltó y le pasó factura.

Apatía es el adjetivo que mejor define a la performance que tuvo el local en la noche. En la primera etapa registró 0 tiros al arco, ojo eh, no es una descripción exagerada, es un dato concreto. Le costó horrores generar juego, provocar asociaciones cortas, encontrar receptores entre líneas y profundizar. Muy estáticos estaban los jugadores del Xeneize en el campo, no retrocedía nadie para atraer y generar espacios, todos eran movimientos lentos y mecanizados. Las maniobras ofensivas dependían pura y exclusivamente de individualidades al espacio de Cristián Pavón o Sebastián Villa, aunque ambos estuvieron pocos finos, contagiados en parte y absorbidos también, por el mal funcionamiento en general.

Por su parte, el elenco ecuatoriano presionaba alto, le ensuciaba la salida al local y gracias a esa faceta, tuvo en la etapa inicial las mejores ocasiones para abrir el marcador, en los pies de su número 10, Damián Diaz, encontraba la manija de juego y la creatividad necesaria para lastimar. El «Kitu» tuvo la primera tras una pérdida de Jorman Campuzano en salida, quien insólitamente cedió hacia atrás y se la entregó a Carlos Garcés, el 11 rápidamente dejó mano a mano al argentino que remató potentemente forzando una genial tapada de Esteban Andrada con la mano derecha.

Minutos más tarde lo volvió a tener el ex Colón, Emmanuel Más se cerró en demasía y dejó el hueco libre a su espalda, Díaz controló y volvió a quedar cara a cara con el 1, pero esta vez disparó desviado. Volvía a avisar Barcelona. Boca, seguía sin poder generar juego, y tenía ciertos desacoples defensivos que de no ser por la mala puntería de la visita y las intervenciones de su guardavalla se podría haber ido por debajo en el marcador merecidamente.

A los 28´ , los dirigidos por el argentino Fabián Bustos nuevamente estuvieron cerca de acertar al blanco, esta vez se lamentó Mario Pineida, lateral izquierdo de gran partido, que giró en el área y de mediauelta pateó cruzado haciendo que «Sabandija» Andrada tenga que volar para enviar la pelota al tiro de esquina.

El primer tiempo se diluía, el dueño de casa movía la redonda pero sin profundización, y su rival, otra vez pudo haberlo cacheteado en el final de la etapa inicial. Damián Diaz por tercera ocasión estuvo cerca de entonar el grito sagrado, en esta oportunidad, tras un contraataque llevado a la perfección por los ecuatorianos, que culminó con el volante de 35 años volviéndose a topar frente a frente con Andrada, a quien eludió pero quedando cejado y por ende no pudiendo definir con certeza haciendo que su remate pegue en la red pero del lado que no suma.

En el complemento la ecuación cambió, Barcelona tomó una postura absolutamente defensiva y desestimó seguir presionando alto, formó un bloque bajo negando espacios y siendo compacto, ya resguardando el empate, el cual miraba con buenos ojos ya que lo aseguraba entre los 16 mejores de la competición. Este paredón, expuso aún más el déficit de generación en materia ofensiva que padecía Boca.

A los 15´ ingresaron Carlos Tévez y Gonzalo Maroni, y si bien le aportaron frescura y mayor movilidad, no fue suficiente para establecer un dominio neto, el cual si tenía en la tenencia del balón, que pecaba de ser extremadamente inocua.

La primera y única oportunidad neta de peligro para el local llegaría recién a los 19´ del segundo tiempo. La pelota parada, una vez más, volvió a ser la llave. Centro desde la izquierda que el arquero Javier Burrai salió a cortar calculando mal y pasando de largo, lo que provocó que le cayese a Lisandro López, quien en el segundo palo definió de primera a arco vacío con solo un defensor por delante, le dio con la cara interna del botín derecho y la pelota se fue por encima del horizontal. Una grave falla del guardameta argentino, el cual no tuvo más trabajo salvo un cabezazo débil de Gonzalo Maroni que con solvencia dominó.

En materia ofensiva no hay peor síntoma de mal funcionamiento que tomar una decisión sabiendo que no va resultar, pero que es la única en el abanico de variantes. Boca en los últimos minutos tiro más de 3 centros a literalmente nadie, a zonas donde eran todos rivales, porque no sabía que camino tomar.

El 0-0 ya era predecible aún con falta de 15´ por jugar, y así fue. Wilmar Roldán pitó dos veces y señaló el círculo central, fue final sin goles. Un resultado que clasifica a Barcelona a los octavos de final, y que si bien catapulta al Xeneize al segundo puesto con 7, le quita margen de error.

Los ecuatorianos comandan con 10 y en la última recibirán en Guayaquil a Santos. Boca es escolta con 7 y recibe a The Strongest, elenco boliviano que junto al Peixe vigilan de atrás con 6. El equipo de Russo depende de sí mismo, ganando saca boleto, de lo contrario deberá sacar la calculadora, prender las orejas para saber que pasa en Ecuador y sacar cuentas.

En cuanto a lo doméstico, el próximo domingo en San Juan, disputará las semifinales de la Copa de la Liga Profesional ante Racing Club de Avellaneda a partir de las 15.30hs.