Boca Juniors logró una importante victoria ante el siempre difícil Lanús por 2 a 1 y se prende en la pelea por el campeonato.
Ultimando detalles, buscando funcionamiento, encontrando de a poco el equipo se encuentra el nuevo técnico xeneize: Gustavo Alfaro. Su trabajo de a poco se empieza a vislumbrar con un conjunto equilibrado que sabe romper líneas, que nunca negocia la actitud y el esfuerzo como marca el adn boca pero que aún necesita tiempo, trabajo y correr de partidos para ser ese equipo que él y todo el hincha sueña.
La hora marcaba las 19:20, era el momento del inicio del partido dentro de un clima ideal. La bombonera lucía totalmente espléndida y repleta como de costumbre esperando un atractivo choque ante el granate que tal vez era hasta el momento el rival más fuerte que le había tocado en este 2019 al conjunto azul y oro. El objetivo para el local era claro: no dejar escapar más puntos. Luego de lo que fue el frustrado empate contra Belgrano en Córdoba que dejó sabor a poco, con una muy pálida actuación del xeneize esta vez no se podían escapar los tres puntos en casa en la búsqueda por la pelea de la Superliga, que en estos momentos parece estar sólo entre 3 equipos, entre ellos: el sorpresivo puntero Defensa y Justicia, su escolta (con un partido menos) Racing y Boca Juniors, corriendo un poco más de atrás pero con la posibilidad de sumar confianza ganando para esperar resultados y prenderse en la puja siendo el vigente bicampeón argentino.
El encuentro se presentó bastante conflictivo y aburrido en la primera etapa, con escasas ocasiones para el local que no podían terminar en oportunidades claras mientras Lanús hacia su negocio dejando pasar el tiempo sin tener tanto desgaste físico. Sin pena ni gloria los dos equipos terminaban el primer tiempo en 0 sin nada de todo ese fútbol que prometían en la previa. El segundo tiempo distinta fue la historia, el xeneize hizo pesar su obligación por salir a ganar poniendo sus jugadores en campo ofensivo y soltando los laterales como Julio Buffarini de muy buena actuación, apostando al pase preciso de su eje en el mediocampo como Iván Marcone y al desequilibrio de Mauro Zárate con la especialidad goleadora de su capitán Darío, pipa, Benedetto.
El tiempo marcaba los 15 minutos de la segunda etapa y la tranquilidad del encuentro que venían manteniendo los dos equipos nunca más iba a ser así: el local cada vez se encontraba más cerca del gol, por empuje más que por juego y esto fue lo que mejor leyó el hincha de Boca, a la altura de la ocasión y de la historia misma de su club con un aliento consumado vio como su equipo rompía la paridad del partido con otro gol de pelota parada como había sido la última conquista en Córdoba, gran centro al primer palo de Zárate y conexión perfecta con Emanuel Más para cruzar el remate al segundo palo dejando sin posibilidad al arquero Granate. La bombonera parecía ser una fiesta pero la alegría duraría tan sólo unos minutos porque el conjunto de Zubeldia a través de la misma pelota parada encontraría rápidamente la igualdad en uno, con un despeje corto otra vez del equipo local que dejó mal parado a su defensa poniendo en una segunda jugada de cara al arco al especialista granate del gol como lo es José Sand, en una floja respuesta de Andrada, estableciendo así el 1 a 1 en el partido siendo un volver a empezar para Boca mientras sus hinchas hacían vista alta de esto para seguir alentando a su equipo ya que quedaba mucho tiempo por delante. La respuesta de sus jugadores fue instantánea ya que Cristian Pavón cambió su nerviosismo por entrega, entendiendo que aunque las cosas no salgan como el quisiera nunca hay que dejar de intentar con esta camiseta, y su esfuerzo ésta vez tuvo premio ya que el xeneize sacó del medio y lo encontró picando a su «7 bravo» que con gran audacia tiró un sombrero frente a su marcador desbordándolo con claridad para luego serenarse alfin, levantar la cabeza y encontrar a Mauro Zárate sólo de cara al arco con un pase que sólo tuvo que empujar a la red el ex Vélez y otra vez a festejar el 2-1. Cristian Pavon tantas veces criticado en este último tiempo jugaba su partido aparte, luego de su bajo nivel en los últimos meses las voces y opiniones negativas se hacían oir generando controversias hasta en cuestiones extras futbolísticas que hacían dudar al público de su validez dentro del 11 titular, por ello que se notaba un «Kichan» algo dubitativo dentro del campo por volver a encontrar a ese mismo jugador que no daba tregua en la cancha, llegando a la cúspide de su carrera disputando el mundial de Rusia con la selección Argentina y que de a poco el hincha querrá que lo encuentre porque cada vez que su «7» decide bien termina en gol, esta vez habrá que decir que fue un buen acierto del técnico en bancarlo y a la vista estuvo su resultado para que de a poco, Cristian, tome el protagonismo dentro del equipo que todo el pueblo boquense sabe que puede tener, llegando a ser ovacionado y muy querido la temporada pasada.
Los minutos corrieron y el equipo local bajó su dinamismo para aferrarse a la victoria y meter con todo con la entrada del ovacionado Nahitan Nandez más el juego de Reynoso y la experiencia de Carlos Tévez.
En un nuevo proyecto que necesita forma pero que no da tiempo porque la camiseta de Boca exige ganar siempre, en eso se encuentra hoy en día este equipo que ahora esperará otros resultados porque en el futuro inmediato le tocará volver a jugar, esta vez será el miércoles próximo ante el siempre difícil Atlético Tucumán pero con la ventaja de estar otra vez con su hermosa gente en la Bombonera, dónde ésta buscará darle ese plus necesario para que Boca se meta de lleno en la pelea y pueda seguir tomando forma.

22 años, periodista, un trapo que tenga estos colores.