Después de los goles, las patadas, la lucha por el día y horario del encuentro, el debate entre visitantes si o visitantes no, los problemas de seguridad por la cumbre del G20, los inconvenientes en la venta de entradas, el precio y el control de las reventas, la justa o desmedida sanción a Gallardo, las dudas en el armado del equipo de Guillermo, después de todo eso, el superclásico por la final de Copa Libertadores, el partido más importante de la historia a nivel clubes llega a su punto culmine.

Madrid nos abrió sus puertas. Nuestro superclásico, nuestro partido, nuestro maravilloso evento se mudo a miles de kilómetros. Para muchos algo muy injusto, para otros algo que nos merecíamos.  La verdad es que llego la hora de jugar. Todo apunta a que Guillermo pondrá al doble 9 que termino jugando en el primer partido, con la inclusión de Pavón que, sin dudas, para este cuerpo técnico, resulta una pieza vital en el esquema.

A tan solo pocas horas del cierre de esta eterna novela ya sobran las palabras. Solo queda apoyar, solo queda alentar. Creer en esta camiseta, en estos jugadores y en este cuerpo técnico. Dejemos atrás las desprolijidades, las injusticias, las palabras. Es hora de escribir historia, y tendremos la suerte de ser protagonistas.