Abrir una puerta suele ser sencillo si tenemos la llave coincidente con la cerradura, ahora, al no tenerla, encontrarla es un dilema que tiene solución, pero existe el riesgo de no lograrlo, y eso puede devenir en el mal gusto de quedarse fuera y no acceder al lugar deseado. Boca vive este semestre con los ojos enfocados en encontrar la llave que le permita meterse en la próxima edición de la Copa Libertadores. El club de La Ribera sabe que todavía tiene dos copias que le pueden permitir abrir el cerrojo: la tabla anual (donde se encuentra a 5 puntos de la zona clasificatoria) y la Copa Argentina, donde en la noche de miércoles se vio las caras con Patronato de Paraná, por cuartos de final.
La opción de la Copa Nacional es la que observa con mejores ojos, ya que solo le restan 3 partidos, contando el encuentro con los de la Capital de Entre Ríos, y porque además, sería un título más para una institución obligada a dar pelea en todos los frentes.
En este contexto, Boca pisó tierras santiagueñas para, en el Madre de Ciudades, sacar boleto a las semifinales. El trabajo fue arduo y costoso, pero los penales le terminaron sellando el pasaje, tras igualar 0-0 en los 90´.
El Xeneize nuevamente volvió a pararse 4-3-1-2, con Edwin Cardona de enganche, y formando rombo con los interiores, que está vez, jugaron a perfil cambiado, con Juan Ramírez por derecha y Agustín Almendra por izquierda. Patronato, por su parte era rígido en un 4-4-2, donde los delanteros Sebastián Sosa Sánchez y Junior Arias tomaban la salida de Jorman Campuzano, y donde la línea media se juntaba para evitar filtraciones en el afán de cortar los canales de circulación de balón.
En el primer cuarto de hora de juego, el Patrón logró su cometido e incómodo a Boca, incluso recuperó en posiciones altas y tuvo aproximaciones de riesgo. Mostró rasgos de equipo trabajado y con idea clara de intenciones. En este desarrollo, el equipo de Sebastián Battaglia logró emparejar e imponerse en las acciones a través de dos variantes: encontrando profundidad asociando por derecha y dando un vuelco de dirección activando a Frank Fabra, que prevaleció siempre en el 1vs1 frente a Gudiño (incluso lo hizo amonestar), y con pelotazos a Nicolás Orsini y Norberto Briasco para que carguen a los centrales. En el último de los dos caminos mencionados llegó la más clara de la etapa inicial, envío largo que el ex Lanus ganó y se fue mano a mano, pero en vez de definir quiso ceder para el 29 que entraba solo para empujarla. Matías Ibáñez leyó la intención y con reflejos felinos logró interceptar.
Sobre el final del primer tiempo el encuentro empezó a excederse de pierna fuerte, y en este lapso Patronato vio 4 tarjetas amarillas, una de ellas como ya dijimos a Gabriel Gudiño, quien volvió a realizar un claro foul y debió irse claramente expulsado por doble amonestación. Las faltas reinaban y el partido bajó su primer telón en un escenario repleto de cortes y poco tiempo neto de juego.
En el complemento Patronato no modificó el modelo pero retrocedió metros y formó el bloque bajo, y si bien sufrió más de la cuenta, tuvo una chance inmejorable a los 7´, tras un centro que Agustín Rossi calculó mal y perdió en las alturas. Gabriel Gudiño no capitalizó el error y con el arco vacío la tiró fuera. Boca rápidamente respondió, gran pase de Edwin Cardona a Beto Briasco, quien de taco asistió al colombiano Fabra que entrando en carrera definió y exigió a Ibáñez que tuvo que resolver abajo.
El partido en su última hora fue ordinario, excesivamente impreciso, el elenco que hace de local en Brandsen 805 era dueño de la pelota y con el ingreso de Aaron Molinas adquirió creatividad, pero le costaba ser del todo punzante. A los 31´ llegaría la oportunidad más nítida de gol de la noche, Cali Izquierdoz -finalizó de 9- se la bajó a Kichan Pavón, quien tiró el buscapié e insólitamente Rodrigo Montes en vez de empujarla, puso mal el pie, y la terminó sacando.
El futuro de ambos en Copa Argentina nuevamente se debería decidir en la tanda de tiros desde el punto del penal. Boca había eliminado a River por esa vía, y el Patrón lo había hecho ante Instituto y Lanus, en las llaves pasadas.
El elenco paranaense arrancó shoteando, el uruguayo Sosa Sánchez ejecutó y le pegó al travesaño. Marcos Rojo, con suspenso, puso el 1-0 para Boca. Leandro Marín tiró el segundo de los rojinegros, atajó Rossi. San Agustín, licendiado en definiciones por penales, se volvió a calzar la capa de heroé. Tras el yerro del lateral derecho, nadie falló. Cali Izquierdoz, Aarón Molinas y Kichan Pavón lo sentenciaron. Los goles de Matías Palavecino y Matías Ibáñez solo agrandaron la agonía. Fue triunfo Xeneize 4-2.
Con este resultado Boca Juniors accedió a semifinales, donde espera al ganador del cruce entre San Telmo y Argentinos. La llave parece estar cada vez está más cerca.
El ciclo Battaglia sigue sin perder en 8 encuentros y ya piensa en el encuentro del domingo ante Colón de Santa Fe, donde de ganar se prenderá de lleno en la Superliga y llegará entonado al Superclásico.

Tengo 18 años, soy de Basavilbaso, Entre Ríos. Hace 3 años soy conductor y comentarista en Siempre al Diez, por FM Riel 93.1.