Luego de la derrota como local ante San Lorenzo, y con la vuelta del plantel de primera a la acción tras del aislamiento preventivo, Boca visitó a Talleres en la siesta cordobesa con la misión de conseguir sumar de a 3, después de solo haber cosechado 2 de los 9 puntos posibles.

Miguel Ángel Russo, con la baja de Sebastián Villa debido a sus ausencias en el entrenamiento y a la espera de una resolución de su futuro, y sin Edwin Cardona y Frank Fabra quienes se quedaron en Buenos Aires realizando una especie de pretemporada, paró un 11 titular similar al que empató con Atlético Mineiro en Brasil, con el ingreso de Aaron Molinas por Diego González, y con el debut de Juan Ramírez, flamante refuerzo, en lugar del colombiano ex Tolima.

Rossi; Weigandt, Izquierdoz, Rojo, Fabra; Medina, Rolón, Molinas, Ramírez; Briasco y Pavón. En el inicio era un 4-4-2 marcado. Este sistema perjudicó al Xeneize en los primeros 25´, donde la T lo superó notoriamente, tanto territorialmente como en las acciones de riesgo, lo lastimaba por todos lados, siendo incisivo por las bandas y presionando alto.

En este lapso de tiempo Agustín Rossi fue la gran figura, tapándole un disparo bajo a Carlos Auzqui, que luego de un buscapié de Ángelo Martino entró solo en el punto del penal con todo a su merced, abrió el pie y se topó con una sensacional respuesta del arquero azul y oro. Instantes después, Diego Valoyes se despegó de Agustín Sández, quien se cerró inoportunamente descuidando al 7, y el colombiano recibió solo, gatilló cruzado y la pelota pasó a centímetros del palo izquierdo. Talleres volvía a avisar.

El agobio local finalizó a raíz de un cambio táctico que realizó Boca, Aaron Molinas dejó de formar parte de la línea de 4 mediocampistas y se ubicó de enlace, esto provocó que merme el predominio que ejercían en la zona media el doble 5 de la T, compuesto por Federico Navarro y Juan Méndez. El desarrollo se emparejó, nadie prevalecía, y el encuentro se fue apagando hasta el epílogo del primer tiempo.

El inicio del complemento fue una continuación del inicial. En los primeros 15´ se vio lo mejor de un pálido Boca en ataque, Juan Ramírez presionó en salida a Fede Navarro, le quitó la pelota y se fue cara a cara con Guido Herrera, pero en el momento de definir abundó generosidad en él y quiso ceder para Cristian Pavón, el pase fue interceptado por Nahuel Tenaglia. El elenco de La Ribera dejaba pasar una oportunidad inmejorable.

Quitando ese mano a mano, lo único claro en todo el partido para la visita fue un centro de Pulpo González que se cerró y se estrelló en el horizontal.

Por su parte, Talleres no tenía una lúcida tarde pero cada vez que se lo proponía inquietaba, especialmente por derecha, donde Diego Valoyes estaba endiablado y desequilibraba sin cesar. El propio colombiano participó en las oportunidades más peligrosas del elenco del Cacique Medina, primero con un cabezazo que pasó cerca del ángulo superior derecho, y luego eludiendo a 2 defensores, rematando cruzado y dicho disparo fue desviado por el uruguayo García, que con el arco vacío la tiro por encima del travesaño.

El árbitro Fernando Rapallini pitó dos veces, señaló el círculo central y decretó el final 0-0.

Boca vuelve a dejar un síntoma preocupante en materia ofensiva. Todos sus movimientos son espesos, y la mayoría predecibles. Le cuesta mucho profundizar y depende en demasía de maniobras iluminadas individuales. Hoy, Ramírez resaltó con transiciones rápidas en velocidad.

Los números hablan por sí solos, el elenco dirigido por Miguel Ángel Russo solo ganó 1 de sus últimos 13 encuentros, y marcó solo 1 gol en los últimos 7 encuentros.

Se encuentra lejos de los puestos de vanguardia con 3 puntos de 12 posibles. Enfrentará a nada más ni nada menos que a River el próximo miércoles 19hs. en La Plata por los octavos de final de Copa Argentina. Por el torneo doméstico, recibirá a Argentinos Jrs el próximo domingo 18hs, y luego visitará a Estudiantes en la capital de la provincia de Buenos Aires, con la obligación de sumar.