Con la mente puesta en la revancha con Racing por Libertadores, Boca visitó a Independiente, en el marco de la segunda fecha de la zona campeonato de la Copa Diego Maradona. Miguel Ángel Russo prefirió no arriesgar titulares y presentó un equipo alternativo.

Rossi; Buffarini, Zambrano, Ávila, Más; González, Varela (debutante), Zeballos, Zárate, Obando y Soldano fueron los que salieron desde el inicio. Los marcados en «negrita» a sabiendas de que una performance positiva podría darles unas fichas para poder jugar ante la «Academia».

En frente, un conjunto local dirigido por Lucas Pusineri, que venía de ser eliminado de Sudamericana en manos de Lanus, puso en cancha lo mejor que tenía.

En la primera etapa no abundaron las ocasiones de riesgo, pero si se observó un dominio por parte de Independiente, que si bien no era el dueño de la pelota era práctico en sus ataques, con un colombiano Andrés Roa lúcido ubicado detras del doble 5 Xeneize, y siendo profundo por ambas bandas, especialmente por la izquierda, donde Alán Velasco volvió loco a Julio Buffarini.

A los 19´llegaría la primera aproximación neta de la tarde, el «Rojo» recuperó en mitad de cancha y se lanzó a la contra, a toda velocidad trasladó Jonathan Menéndez y esperó que le pase Fabricio Bustos, quien puso un inmejorable centro que encontró la testa goleadora de Silvio Romero. Ni siquiera tuvo que elevarse el capitán tras la genial ejecución del lateral derecho. 1-0.

Boca tenía serios problemas de generación, Mauro Zárate se retrasaba pero era demasiado impreciso (18 posesiones perdió en la primera parte) y además no lograba gestar a través de asociaciones colectivas, por lo que, una vez más, debió recurrir a las individuales de sus extremos para lastimar. Exequiel Zeballos fue lo más punzante en este escenario, tuvo la más clara de la primera etapa para el Xeneize, tras enganchar y eludir hacia el medio, remató raso y el balón se fue cerca del palo izquierdo del uruguayo Sebastián Sosa.

Sobre el ocaso del 1T llegaría la polémica del domingo, Zárate ensayó un centro desde la izquierda y la pelota rebotó en la brazo extendido de Lucas González, pero el árbitro Mauro Vigliano no sancionó la pena máxima. Todo Boca pidió penal enfurecidamente. Y además, para echarle nafta al fuego, en la réplica de dicha jugada, Gastón Ávila chocó imprudentemente al cordobés Menedez y el juez no dudó en cobrar el claro foul.

El colombiano Roa, figura de Independiente hasta el momento, se hizo cargo tras pedirle la pelota a Silvio Romero (era el encargado de ejecutar), y disparó cruzado topándose con una sólida respuesta de Agustín Rossi. El arquero ex Estudiantes mantuvó vivo al Xeneize en la tarde.

En el inicio del complemento el propio Roa tuvo la posibilidad nuevamente de aumentar el tanteador, picó mano a mano tras una gran habilitación de Alán Velasco y definió desviado tras un buen achique de Agustín Rossi.

Durante la primera hora de juego Independiente había sido superior y lastimaba a raíz de ataques veloces y prácticos. Luego, comenzó a retroceder y ceder metros en el terreno de juego, cuidando el resultado.

Boca continuaba con déficit para generar peligro y enhebrar situaciones, manejaba la pelota pero dicha tenencia era demasiado inocua. Franco Soldano de cabeza tuvo la paridad pero su remate se fue desviado.

Corrían los minutos, el local esperaba agazapado para liquidarlo de contra, y si bien se refugiaba estaba lejos de ser asediado por la visita, que pecaba de precisión e imaginación a la hora de lastimar.

En este contexto, la pelota parada terminó siendo la vía por la que el conjunto de Russo revirtió inesperadamente el tanteador. La zurda de Cardona terminó siendo la principal responsable de la remontada.

Primero, el 1-1 a los 36´, centro de Edwin pasado que encontró el testazo goleador de Franco Soldano. Se acabó la sequía para el ex Unión. Cuando parecía que la noche comenzaba a diluirse y la persiana del arco de Sosa se bajaba, el Xeneize decretó la paridad.

Anímicamente el empate acrecentó a la visita que con más empuje que con fútbol fue a buscar la victoria. A los 46´llegaría la épica, Sebastián Villa dominó pegado a la raya del lateral izquierdo y asistió a Edwin Cardona, quien sacó a relucir el guante de su botín izquierdo y colocó la pelota en el ángulo superior izquierdo del arquero oriental. La comba y potencia ideal. Boca agónicamente se quedó con el encuentro en Avellaneda.

Fue final, triunfo que lo catapulta al elenco azul y oro a la cima de la zona campeonato con 4 unidades (esperando que juegue Huracán). Sin dudas que la victoria le servirá como motivación de cara al duelo copero, pero de todos modos, el club de la Ribera volvió a mostrar una opaca performance y deberá mejorar rotundamente si quiere seguir con vida en el máximo torneo continental.

El próximo miércoles, el Xeneize se juega el partido del año ante Racing por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores, donde deberá remontar un 0-1 en contra.