Arrancó el 2022 para el Xeneize, sinónimo de renovación de ilusiones y objetivos. Con la llegada al caer de Darío Benedetto al club, las negociaciones avanzadas por Jorge Figal, las intenciones de repatriar a Pol Fernández, y el anhelo de contratar a Ángel Romero, Boca empieza a diagramar el plantel que afrontará tanto el panorama local como la tan deseada Copa Libertadores, la cual pondrá primera en abril.
La primera presentación del equipo dirigido por Sebastián Battaglia se dio en la noche de La Plata, en un encuentro amistoso de preparación, enfrentando a Colo Colo de Chilé. Con observar cuestiones tácticas y evaluar rendimientos individuales como premisa, se produjeron rotaciones en la formación que terminó teniendo protagonismo en la agonía del 2021. Se produjo la vuelta de Gastón Ávila en la zaga central, Nicolás Orsini volvió a sumar minutos tras lesión, y el esquema 4-3-3 volvió a ser el que se dibujo en la pizarra del vestuario del Estadio Uno.
En el contexto del primer partido del año en plena pretemporada, se vieron dos elencos toscos, y con poco ritmo futbolístico. Boca prevaleció el desnivel con el desequilibrio 1vs1 de Eduardo Salvio y Sebastián Villa por bandas, con el acompañamiento de frente para asociar de los interiores Diego González y Juan Ramírez. De esa intención, nació el primer gol en la noche platense. El colombiano Villa quien ya había estado cerca de tiro libre- aceleró, frenó y cambió para el Pulpo que se desprendió por derecha. El ex Lanús controló y sacudió desde afuera del área, la pelota infló la red entrando rasante pegada al palo derecho del arquero Brayan Cortés.
Tras la apertura del marcador, el Xeneize manejó la pelota y las acciones. El 4-3-3 era respetado con extrema rigidez, los extremos fijaban a los laterales rivales, y los interiores tiraban desmarques para recibir y sacar ventajas posicionales rápidamente. En esta faceta del juego, fue clave la labor del chico Ávila, que hizo gala de su buen pase y en más de una ocasión rompió líneas con conexiones por bajo precisas. Fue una buena presentación del central con reciente préstamo en Rosario Central, firme en los duelos tanto por arriba como por abajo, con cabeza levantada para salir jugando y con la confianza necesaria para atreverse a arriesgar. En una posición donde el club de La Ribera baraja muchas cartas en el mazo, aprovechó la oportunidad.
En el complemento el conjunto chileno creció, empezó a tener mayor protagonismo en zona media con el ingreso de Leonardo Gil y eso incomodó a Boca, ya que lo llevó a tener errores forzados en la construcción y perder intensidad en las conexiones.
Todos estos inconvenientes se solventaron con el ingreso de Aaron Molinas. Quien empezó a unir las piezas del rompecabezas y llevó a las líneas un par de metros más adelante. Su pase siempre en pos de la generación de peligro y su inteligencia para administrar los tiempos volvieron a poner a Boca como mandamás en el desarrollo.
Si bien en la velada ya había pasado gran parte de la cena, faltaba el plato principal de la noche. El cual se sirvió a 10´ del final. Exequiel Zeballos se vistió de chef y con un sensacional tiro libre que se incrustó en el ángulo, deleitó a todos los comensales boquenses. 2-0 definitivo.
Boca se llevó una victoria en su primera presentación en el año. La cual, analizada en contexto veraniego, deja otros matices además del resultado, que termina pasando a segundo plano. Gastón Ávila tocó la puerta. Aaron Molinas es el eje creador. Varela siempre se la da a un compañero. Zeballos sigue endiablado. Y Sebastián Battaglia, sigue mostrando cada vez un poco más su estilo. Deberá crecer y potenciarse. Pero el comienzo en La Plata, fue aprobado.

Tengo 18 años, soy de Basavilbaso, Entre Ríos. Hace 3 años soy conductor y comentarista en Siempre al Diez, por FM Riel 93.1.