Un día Boca volvió a ganar a lo Boca. Con dientes apretados, marca aguerrida, bien parados atrás y apostando a una contra que liquide el partido. Cruzeiro solo pudo inquietar a través deentros y tiros lejanos. Ni la gente, ni las bombas de estruendo, ni Egidio, Thiago Neves o De Arrascaeta pudieron llevarse a Boca por delante que, salvo los minutos previos al gol, nunca fue superado por el equipo brasilero.
El equipo volvió a mostrar el carácter que tanto se le exige en estos tipos de partidos. El arquero tapo dos pelotas muy buenas, pero falló a la hora de salir a cortar los centros y volvió a dejar dudas. La defensa tuvo un gran partido, Izquierdoz jugó con la jerarquía que lo viene caracterizando en esta etapa en Boca, y Magallan tuvo un segundo tiempo impecable. Mención especial para Buffarini que completo un buen partido, donde su participación en ataque fue nula, pero cubrió muy bien su sector con la experiencia que se necesita en este tipo de cotejos. Quien sobresalió fue sin dudas Nahitan Nandez, la gran figura del partido, que los corrió a todos, con un gran criterio y despliegue. El uruguayo fue una fiera, ayudó en defensa, entrego simple la pelota y hasta en una jugada terminó posicionado de nueve. Pablo Perez, uno de los puntos más bajos del equipo, estuvo impreciso y le costó entrar en sintonia. La delantera también tuvo altibajos. Villa tuvo una primera parte muy explosiva y fue el mejor de los tres de ataque, siendo punzante en los últimos metros y colaborando con la marca.
El partido en todo momento se jugó a lo que quiso el equipo de Guillermo. Cruzeiro controlaba la pelota pero no lastimaba y, al igual que en La Bombonera, volvió a demostrar un gran déficit en el ataque.. Solo los centros lejanos y las dudas de Rossi incomodaron a un Boca que nunca se desesperó y jugó los 90 minutos con el nerviosismo del equipo brasilero. El punto bajo del Xeneize estuvo en las salidas rápidas, que terminaban en bochazos a Zarate, quien tuvo dificultades para aguantar la pelota y descargar con los extremos. A Boca le costó elaborar jugadas de contraataque y descuido demasiado la pelota. Con el ingreso de Gago, Cardona y Wanchope, Boca tuvo más frescura arriba y mejoró la tenencia en minutos cruciales. La expulsión de Dedé termino de inclinar la balanza.
De 17 enfrentamientos mano a mano ante equipos brasileños por Copa Libertadores, Boca gano 14. Dato que habla por sí solo. En semis, otro viejo conocido: Palmeiras. El equipo de Scolari es el mejor del torneo en cuanto a estadísticas, haciéndose fuerte de visitante y con una gran presencia goleadora. Boca deberá ajustar sus errores ya conocidos en defensa y pelota parada, además de ser más certero a la hora de manejar el balón. Pero la clave, en este tipo de instancias, será tener la mente fría y la actitud mostrada en Belo Horizonte. A lo lejos, River.